El Centro Loyola Ayacucho celebró una Eucaristía en honor a su 20º aniversario, un evento especial para expresar nuestra gratitud a Dios y a la vida por el camino recorrido. Durante estas dos décadas, hemos trabajado incansablemente en el desarrollo de iniciativas que benefician a los más vulnerables de nuestra región, inspirados por la espiritualidad ignaciana y la misión de la Compañía de Jesús. Estas enseñanzas nos han motivado y fortalecido para crear propuestas que abordan las necesidades de nuestra comunidad en áreas como derechos humanos, medio ambiente, incidencia, ciudadanía y espiritualidad.
En este tiempo, el Centro ha sido un referente en la promoción de la justicia social y la defensa de los derechos humanos, brindando apoyo a quienes más lo necesitan. El enfoque de la Compañía de Jesús nos ha permitido trabajar en un marco de solidaridad y respeto por la dignidad humana, valores que guían nuestra labor cotidiana.
Este hito no habría sido posible sin el compromiso y la dedicación de todos los miembros de nuestro equipo, así como de todas aquellas personas que nos han abierto las puertas de sus vidas y han participado activamente en nuestras iniciativas. Cada esfuerzo ha sido fundamental para la construcción de una comunidad más justa y equitativa, en la que la espiritualidad ignaciana sigue siendo un pilar central que nos invita a ser compañeros de los más pobres y necesitados, siguiendo el ejemplo de San Ignacio de Loyola.
A lo largo de estos 20 años, hemos aprendido que la transformación social es posible cuando trabajamos en conjunto, desde un compromiso auténtico con la justicia y el bienestar común. El futuro nos invita a seguir creciendo, a seguir inspirándonos en los valores ignacianos y a continuar siendo una luz en medio de la oscuridad para aquellos que más lo necesitan.