El Centro Loyola Ayacucho, a través del proyecto “Constructores de Paz: Jóvenes activistas por la democracia y los derechos humanos”, participó activamente en la conmemoración del segundo aniversario de los trágicos hechos ocurridos el 15 de diciembre de 2022, durante las protestas sociales que resultaron en la pérdida de 10 vidas y más de 70 heridos en Ayacucho. Este día se recuerda como un hito doloroso en la historia reciente de la región, marcando una de las tragedias más significativas durante el periodo de protestas que sacudieron al país. En un contexto de tensiones políticas y sociales, estos hechos reflejaron la vulnerabilidad de las personas en momentos de crisis y la necesidad de un compromiso más fuerte con los derechos humanos.
Las actividades de conmemoración comenzaron en la mañana, con una misa conmemorativa celebrada en la Basílica Catedral de Ayacucho, en honor a las víctimas. La misa fue un acto de memoria, donde se invocó la paz y la justicia, y se recordó el dolor y la pérdida de las familias que aún sufren las secuelas de esos trágicos eventos. Fue también un momento para reflexionar sobre la importancia de la paz social y la necesidad de evitar la violencia como medio para expresar las demandas sociales.
A continuación, se llevó a cabo una romería en memoria de las víctimas, recorriendo la Plaza de Armas y visitando los sitios simbólicos donde nuestros hermanos ayacuchanos sufrieron las agresiones. Este recorrido fue una muestra de solidaridad y compromiso con las víctimas, y un recordatorio de que nunca se debe olvidar lo ocurrido. A través de esta actividad, la comunidad reafirmó su compromiso con la memoria histórica y con la lucha por la justicia, buscando evitar que tales hechos se repitan en el futuro.
El 15 de diciembre de 2022 sigue siendo un día de reflexión y reconciliación en Ayacucho, donde se renueva el llamado a la paz, la tolerancia y el respeto a los derechos humanos. La conmemoración también destacó la importancia de que los jóvenes asuman un rol activo en la construcción de una sociedad democrática, donde se pueda resolver cualquier diferencia de manera pacífica, sin recurrir a la violencia.